El cólico del lactante es una de las preocupaciones más frecuentes entre los padres de recién nacidos. Aunque no representa una enfermedad grave, puede generar episodios de llanto intenso y malestar en el bebé, provocando angustia en toda la familia. En esta guía te explicamos en detalle qué es el cólico del lactante, sus principales causas y síntomas, y cómo la fisioterapia puede ayudar a mejorar el bienestar del bebé. Además, te ofrecemos consejos prácticos para sobrellevar esta etapa y saber cuándo consultar a un profesional sanitario.

colico del lactante

¿Qué es el cólico del lactante?

Definición de cólico del lactante

El cólico del lactante se define como una situación caracterizada por episodios de llanto intenso e inconsolable en un bebé aparentemente sano, generalmente en menores de 4 meses. Según la famosa “regla de los tres”, se considera cólico cuando el llanto dura más de tres horas al día, más de tres días a la semana y durante al menos tres semanas. Este llanto suele aparecer en horas concretas del día, normalmente al final de la tarde o por la noche, y suele ir acompañado de gestos de dolor abdominal, encogimiento de piernas y dificultad para calmar al bebé.

¿A qué edad aparece con más frecuencia?

El cólico del lactante aparece, por lo general, entre la segunda semana y el cuarto mes de vida. Es especialmente frecuente entre las 3 y 12 semanas. Tras este periodo, la mayoría de los bebés mejoran de manera espontánea, aunque algunos pueden seguir mostrando cierta sensibilidad digestiva.

¿Es grave el cólico del lactante?

Aunque el cólico del lactante puede ser muy angustiante tanto para el bebé como para los padres, no se considera una enfermedad grave. No existen evidencias de que el cólico tenga consecuencias negativas a largo plazo ni que suponga un riesgo para la salud futura del niño. Eso sí, es importante asegurarse de que no existen otros problemas médicos que puedan estar causando el llanto, especialmente si se presentan otros síntomas como fiebre, vómitos persistentes o falta de apetito.

Causas principales del cólico en bebés

Inmadurez del sistema digestivo

Una de las teorías más aceptadas sobre el origen del cólico del lactante es la inmadurez del sistema digestivo. El intestino del bebé recién nacido todavía está en desarrollo, lo que puede provocar dificultades para digerir algunos componentes de la leche y una mayor propensión a la acumulación de gases y molestias abdominales. Esta inmadurez puede desencadenar dolor y hacer que el bebé responda con episodios de llanto.

Factores ambientales y emocionales

El entorno en el que vive el bebé también puede influir en la aparición del cólico. Los bebés son muy sensibles a los cambios en el ambiente, al estrés de los padres o a la sobreestimulación. El exceso de ruido, luces, visitas o la propia ansiedad de los adultos pueden aumentar la irritabilidad y el llanto del bebé. Por eso es fundamental mantener un ambiente tranquilo, con rutinas predecibles y un contacto afectivo constante.

Intolerancias o alergias alimentarias

En algunos casos, el cólico puede estar relacionado con intolerancias o alergias alimentarias. Las proteínas de la leche de vaca, presentes tanto en fórmulas artificiales como, en menor medida, en la leche materna si la madre consume lácteos, pueden desencadenar síntomas digestivos y cólicos. Si se sospecha de alguna intolerancia, es fundamental consultar con el pediatra antes de modificar la alimentación del bebé o de la madre.

Alimentación y postura del bebé

La forma en la que el bebé se alimenta también puede influir en la aparición del cólico. Una técnica incorrecta de lactancia, el uso de tetinas inadecuadas o una mala posición pueden favorecer la ingesta de aire y la aparición de gases. Es importante que el bebé esté bien colocado, con un buen agarre al pecho o al biberón, y que se le ayude a expulsar el aire después de cada toma.

Síntomas del cólico del lactante

Cómo reconocer el llanto típico del cólico

El síntoma principal del cólico del lactante es un llanto agudo, intenso y difícil de consolar, que suele aparecer a la misma hora cada día. El bebé puede encoger las piernas hacia el abdomen, ponerse rojo y mostrar signos de incomodidad. Este llanto se diferencia de otros tipos de llanto porque no se calma fácilmente ni con alimento ni con cambios de postura.

Otros signos y molestias asociados

Además del llanto, es habitual que el bebé muestre distensión abdominal, emita gases o presente movimientos frecuentes de piernas. Puede también apretar los puños, arquear la espalda y presentar una expresión de dolor. Estos signos suelen estar presentes durante el episodio de cólico y desaparecen cuando el bebé logra calmarse o expulsar los gases.

Diferencias entre cólico y otros trastornos digestivos

Es importante diferenciar el cólico del lactante de otros problemas digestivos o de salud más graves. En el cólico, el bebé crece y se desarrolla normalmente, come bien y no presenta fiebre, vómitos intensos ni diarreas. Si se observan otros síntomas, como fiebre persistente, sangre en las heces, rechazo constante del alimento o pérdida de peso, es imprescindible acudir al pediatra.

Cuándo acudir a un profesional sanitario

Aunque el cólico del lactante no suele requerir tratamiento médico específico, es recomendable consultar con un profesional si los episodios de llanto son muy intensos, si aparecen otros síntomas preocupantes o si los padres sienten que la situación les supera. Un fisioterapeuta pediátrico o un pediatra pueden orientar sobre la mejor forma de actuar y descartar posibles complicaciones.

Fisioterapia para el cólico del lactante: soluciones y consejos

Beneficios de la fisioterapia en bebés con cólico

La fisioterapia pediátrica puede ser una herramienta muy útil para aliviar los síntomas del cólico del lactante. Los fisioterapeutas especializados aplican técnicas manuales suaves que ayudan a movilizar el abdomen, facilitar la expulsión de gases y reducir la tensión abdominal. Además, ofrecen pautas personalizadas para los padres, que pueden aprender a realizar pequeños masajes en casa y mejorar la calidad de vida del bebé.

Técnicas manuales y masajes recomendados

Entre las técnicas más empleadas por los fisioterapeutas se encuentran los masajes abdominales en sentido de las agujas del reloj, la movilización suave de las piernas hacia el abdomen y ejercicios que favorecen la relajación del bebé. Estas maniobras deben ser siempre suaves, adaptadas a la edad y sensibilidad del niño, y preferiblemente realizadas por profesionales formados en fisioterapia pediátrica.

Recomendaciones para padres en casa

Los padres pueden contribuir mucho a aliviar el cólico del lactante desde casa. Es recomendable establecer rutinas tranquilas antes de dormir, mantener un ambiente relajado, aplicar calor local suave en la tripita (como una bolsa de semillas templada), y realizar masajes abdominales siguiendo las indicaciones del fisioterapeuta. Además, después de cada toma conviene ayudar al bebé a expulsar el aire mediante suaves palmadas en la espalda.

Prevención y hábitos saludables

Aunque no siempre se puede prevenir el cólico, sí existen hábitos que pueden reducir su aparición e intensidad. Entre ellos destacan: asegurar una correcta técnica de lactancia, evitar la sobrealimentación, mantener al bebé erguido durante unos minutos tras la toma, y evitar el consumo excesivo de cafeína y lácteos por parte de la madre si da el pecho. Ante cualquier duda, consultar siempre con un profesional sanitario o fisioterapeuta pediátrico.

El cólico del lactante es un proceso transitorio y benigno, aunque puede resultar muy estresante para la familia. La fisioterapia pediátrica, los masajes y los cuidados en casa pueden ayudar a aliviar el malestar del bebé y ofrecer tranquilidad a los padres. Si tienes dudas o te preocupa el bienestar de tu hijo, no dudes en consultar con un especialista en fisioterapia infantil o con tu pediatra de confianza.

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